2 ago 2009

Pueblos Precolombinos







Pueblos Precolombinos
Situándose temporalmente desde el 50.000 a 40.000 a. C. hasta la llegada de los colonizadores europeos en 1492, este extenso período ha sido trabajado fundamentalmente por geólogos, arqueólogos y antropólogos. El poblamiento americano se lleva a cabo a través de bandas de cazadores provenientes del norte de Asia, quienes cruzan el estrecho de Bering. Las migraciones son posibles producto de un fenómeno climático llamado glaciación, que hace aumentar las masas de hielo y bajar el nivel del mar, dejando un corredor por donde pasan los grupos. Estos ingresan al continente americano y se movilizan y reproducen lentamente, calculándose que llegan a habitar la Patagonia alrededor del 10.000 años atrás.
Al arribo de los españoles, se estima que la población indígena en el continente, fluctúa entre 5 a 20 millones de personas, las cuales pertenecen a diversos grupos culturales. En ese entonces, América se caracteriza por una heterogeneidad en prácticamente todos los aspectos, desde la localización geográfica de sus habitantes, hasta la lengua y los grados de complejidad en la organización social, política, económica. Así, es posible distinguir grupos nómades de cazadores, pescadores y recolectores, pero también sociedades más organizadas que llegan a constituirse como verdaderos estados.
Las principales culturas americanas precolombinas, mayas, aztecas e incas, se desarrollan en lo que hoy serían México y Perú. Todas ellas cuentan con una refinada red administrativa que les permite mantener el control de su población, territorio y recursos, lo que trae consigo una sociedad altamente jerarquizada y especializada. Otro factor que las caracteriza es el despliegue de sofisticadas técnicas agrícolas, siendo el maíz uno de los principales cultivos. La ciudad se presenta como el eje central del intercambio comercial y el poder político y religioso, a pesar de las grandes extensiones de tierras que logran concentrar y que ha llevado a estas sociedades a ser caracterizadas como imperios.
Según variados estudios arqueológicos, los habitantes más antiguos que ocupan lo que hoy constituye el territorio nacional, se remontan a fechas anteriores a 9.000 a.C, período denominado Paleoindio. De esta época se han encontrado vestigios de cuatro enclaves arqueológicos que corresponden a: Quereo, en la región de Coquimbo; Tagua Tagua, en la región del Libertador Bernardo O'Higgins; Monte Verde, en la región de Los Lagos; y Cueva Fell, en la región de Magallanes y la Antártica Chilena. Desde el 9.000 a. C. hasta el 1.500 a. C, aproximadamente, se ubica el período conocido como Arcaico. Los vestigios culturales más emblemáticos de esta época corresponden a la tradición Chinchorro, ubicada en la costa norte del país, donde se han encontrado momias que dan cuenta de sus costumbres religiosas. También se han rastreado importantes vestigios de arte rupestre que datan del 2400 a. C, en cuevas como las de Guañure y Puxuma, en la zona cordillerana de la primera región. El último período que distinguen los arqueólogos es el agro- alfarero, que va desde el 1500 a. c. hasta 1470 d. C, y los grupos culturales más conocidos corresponden a los diaguitas y atacameños, asentados al norte del territorio.
Las culturas chilenas precolombinas que encuentran los españoles a su llegada son básicamente de dos tipos. Por una parte aquéllas que se organizan en bandas consanguíneas nómades y seminómades, cuyo sustento depende de la caza y la recolección especializada, localizándose tanto en las planicies litorales, como en la cordillera de Los Andes. Y por otra pueblos sedentarios, que se asientan mayoritariamente en la depresión intermedia de la zona norte y central del país. Esta diversidad cultural se explica fundamentalmente por la extensión del territorio, y por la variedad climática y morfológica que influencia las formas de vida de los distintos grupos humanos.

Desarrollo de las principales culturas chilenas precolombinasLos pueblos que habitan en lo que hoy es el territorio chileno eran muy diversos. Para hablar de ellos se los suele clasificar con dos criterios, uno de acuerdo al tipo de actividades y otro dependiendo de la zona geográfica en que se localizan.
En relación al primer criterio, es posible dividirlos en dos grandes ramas, nómades y sedentarios. Entre los primeros se encuentran las bandas canoeras integradas por los changos, chonos, alacalufes y yaganes; y las bandas pedestres como los chiquillanes, pehuenches, pehuelches, poyas, tehuelches y onas. Estos grupos se organizan en bandas familiares de cazadores y recolectores especializados. Las canoeras se localizan en las planicies costeras, mientras que las pedestres, en la cordillera de Los Andes. Entre los sedentarios, se encuentran tanto pueblos agricultores incipientes como los picunches, mapuches y huilliches, y otros más avanzados, como los aymaras, atacameños y diaguitas. Estos grupos se ubican preferentemente en la depresión intermedia y practican la agricultura y la alfarería.
Desde un punto de vista geográfico, podemos dividirlos en aquellos que habitaron la zona norte, centro y sur. A pesar de que en la zona norte predomina el clima desértico, que dificulta la vida humana, se asientan allí varios grupos culturales, sometidos a la influencia del imperio incásico. Los changos, pueblo de pescadores que vive en el litoral norte, se organizan en bandas y al ir creciendo en número se dividen formando una nueva, y así sucesivamente. Con sus embarcaciones de madera o cuero, se dedican a buscar y a seguir los bancos de peces y moluscos. Los pueblos atacameños, se localizan en lo que hoy es la región de Antofagasta. Se dedican a la producción agrícola de maíz y papa, y al pastoreo de alpacas y llamas, posibilitada por el agua de los ríos Loa, Grande y Salado. Independientemente de las adversas condiciones climáticas, logran construir terrazas de cultivos y sistemas artificiales de regadío. Los kollas, ubicados en el sector cordillerano de las provincias de Chañaral y Copiapó, se abocan principalmente al pastoreo y en menor medida a la agricultura. Como la mayoría de los pueblos nortinos le rinden culto a la Pachamama o "madre tierra", actividad que en la actualidad se manifiesta de manera conjunta con algunas fiestas y ritos católicos. La cultura molle y los diaguitas se localizan en el Norte Chico, entre el valle del Huasco y en la zona de Coquimbo. Son pueblos de pastores y agricultores que alcanzan un gran desarrollo en la producción alfarera y de utensilios para moler semillas.
El pueblo más importante se localiza en la zona central. Son los mapuches o "gente de la tierra". Sin embargo bajo este nombre se han aglutinado distintos grupos humanos. Los pikunches, como su nombre lo indica viven más al norte al interior de la zona central, aproximadamente entre los ríos Choapa y el Cachapoal. Los mapuches propiamente tal, se localizan al sur entre los ríos Itata y Toltén. Posteriormente los españoles los obligan a retroceder hacia el sur del río Biobío, siendo uno de los pueblos que más se resiste al proceso de conquista y colonización. Organizados en grupos familiares, no cuentan con una unidad política. Cada núcleo se asocia a otro de acuerdo a sus necesidades. Los williches o "gente del sur", también hablan mapudungun, lengua asociada al pueblo mapuche, y habitan al sur del río Toltén y hasta el seno de Reloncaví. Los pehuenches o "gente de los pehuenes", se localizan al interior de la actual región de la Araucanía, en el sector cordillerano.
En la zona sur se ubican diversos pueblos, en su mayoría nómades canoeros y pedestres. Los selk´nam u onas, habitan las costas del estrecho de Magallanes en la Tierra del Fuego y subsisten de la caza y recolección de especies silvestres. Sus vecinos los yaganes, ocupan la región del canal Beagle e islas adyacentes, dedicándose a la pesca y caza de mamíferos marinos. Los tehuelches del sur, se sitúan al norte del estrecho de Magallanes, extendiéndose desde la cordillera de Los Andes hasta el océano Atlántico. Como grupos nómadas se dedican a la cacería y la recolección de frutos silvestres, al igual que los alacalufes. Desde la isla de Chiloé hacia el sur encontramos a los chonos, que igualmente utilizan los recursos marinos como principal sustento.

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